En el tomo 13 de Mononogatari, la historia continúa profundizando en la complicada relación entre humanos y tsukumogami, objetos inanimados que han cobrado vida. Hyoma Kunato, un joven exorcista con un pasado marcado por la tragedia, sigue viviendo con Botan Nagatsuki, una misteriosa joven que está protegida por un grupo de tsukumogami. Mientras Hyoma sigue luchando contra su rencor hacia los espíritus debido a la pérdida de sus hermanos, los lazos entre él y los tsukumogami comienzan a evolucionar. A medida que los personajes se acercan, el equilibrio entre humanos y tsukumogami se vuelve más incierto, preparando el terreno para futuras revelaciones y batallas.
